Semana Santa 2012 en Rumanía - Sinaia y Brasov

¿Qué ver en Sinaia?

Nuestra siguiente parada era Sinaia, la que se conoce como la perla de los Cárpatos. Conforme nos acercábamos a esta localidad alpina el paisaje iba cambiando: de la llanura de Targoviste nos adentrábamos en un paisaje de montaña totalmente distinto, comenzábamos a transitar por cerradas curvas, se empezaban a ver abetos e incluso nieve en los márgenes de la carretera. Y es que, no en vano, Sinaia destaca por ser un lugar de vacaciones activas, de deportes y montañismo, aunque también haya lugar allí para el descanso y los balnearios. En cierta manera a mí me recordaba a los Pirineos, a Vielha.

Pero nosotras teníamos la ruta muy clara. Nuestra primera parada allí sería el Palacio de Peles pues temíamos que nos cerrara. No había tiempo que perder.

Palacio de Peles

De hecho, se puede decir que Sinaia debe su existencia a este Castillo de recreo que mandó construir el rey de Rumanía Carol I (que buscaba un lugar de aire puro donde pudiera mejorar la salud de su hija) y que con el paso del tiempo llegó a convertirse en la residencia preferida de la aristocracia del país. Se comenzó a construir en 1883, aunque una década después sufrió unas reformas. A la muerte del rey, había dejado dicho en su testamento que quería que éste fuera convertido en un museo, y su sucesor Ferdinand I, mandó construir otra residencia en las cercanías, el de Pelisor (que nosotras no visitamos). Con la caída de la monarquía, durante 15 años y por orden de Ceaucescu el edificio estuvo en obras, pero una enfermedad en la madera, hizo desistir al dictador de ocuparlo (y viendo el legado que ha dejado el dictador, hay que dar gracias).

Lo cierto es que exteriormente tiene una apariencia muy similar a los típicos castillos renacentistas alemanes, con sus torres, entramados de madera, balcones, rodeado de preciosos jardines, en un entorno de impresión (con multitud de pinos y las cumbres de los Cárpatos nevadas de fondo).

Nosotras quisimos hacer la visita de la planta baja y primera planta, que dura entorno a 1:15 h y pagamos la tasa correspondiente de fotografía. Podéis ver los horarios y precios en su página web. Lo malo es que no estuvimos muy hábiles para acceder al tour, había cola, bastantes grupos organizados y un poco de descontrol en el acceso al castillo, así que pese a haber llegado a las 14:00 h, no entramos hasta las 14:45 h

Eso sí, el interior del palacio es impresionante. Tiene más de 160 habitaciones con una decoración bastante barroca: la sala de honor, sala de armas, biblioteca (pues además la reina era muy aficionada a la literatura e hizo sus pinitos firmando como Carmen Sylva), sala de música, teatro, salón de estilo turco y moruno, habitaciones, etc. Todas ellas decoradas al milímetro con pinturas, muebles, tapices, mosaicos o vidrieras e incluso con falsos armarios que realmente son pasadizos. Además destaca por ser el primer lugar en el que se instaló calefacción central (que a día de hoy aún funciona)…

Palacio de Peles Interior

Palacio de Peles Interior

Restaurante Furnica
Cuando terminamos la visita (que además se alargó más de lo que yo esperaba) temíamos no encontrar ningún sitio en el que comer, pero preguntamos en uno de los restaurantes que había a la salida del Palacio, el restaurante Furnica, y nos dijeron que no había problemas en comer allí… Era un restaurante de esos típicos de caza (había cabezas y cuernos por todas las paredes) y aproveché para pedirme una trilogía de carnes entre la que estaba la de oso... que, por cierto, no estaba mala… Cintia, me miraba mal, pero acabó probándola también…

Cuando terminamos de comer nos acercamos a ver el otro monumento con el que cuenta Sinaia: su monasterio. Al parecer fue fundado por Mihail Cantacuzino en 1695 tras su viaje de peregrinación a Tierra Santa, siguiendo el modelo de Santa Catalina de Sinaí (y motivo por el que la localidad se llama Sinaia). La Biserica Mare (o iglesia grande) está construida a expensas de los reyes Carol, Isabel y su hija María a los que, de hecho, se puede ver en una pintura mural de su interior. Pero la verdad es que a mí, personalmente, no me emocionó…

Monasterio de Sinaia

A los pies de los Montes de Bucegi:

Con estas visitas realizadas pusimos rumbo ya a Brasov, la gran urbe de la zona, aunque de camino es inevitable parar a echar un vistazo sobre los Montes de Bucegi, unos macizos montañosos que han sido declarados reserva natural y a los que se puede subir en teleférico para hacer rutas de montaña o incluso esquiar. A nosotras ya se nos había hecho tarde y no queríamos que nos anocheciera en su cima pero, al parecer, arriba existen unas extrañas formaciones rocosas (una famosa esfinge de casi 20 m en la roca y otras formaciones que se asemejan a champiñones) sobre las que se cuentan muchas leyendas y mitos ¿son caprichos de la naturaleza? ¿fruto de la erosión eólica? ¿o quizás tallados por una civilización desaparecida?

Visita de Brasov, ¿qué ver?

Alrededor de una hora después llegábamos a una de las cinco urbes más grandes de Rumanía, pero que cuenta con un casco antiguo de origen sajón muy bien cuidado. Aunque nos costó un poquillo aparcar, finalmente dejamos el coche en un sitio de tipo hora situado al lado de la plaza principal de Brasov, pero ¡ojo! que había que sacar el ticket con monedas y allí no es fácil obtenerlas (tened en cuenta que 1 leu, que es el billete más pequeño, vienen a ser 0,25 euros). Tuvimos que entrar en varios comercios para pedir cambio y poder sacar después el ticket para dejarlo en el coche (uno de los momentos más ridículos del viaje)…

Pero bueno, ya estábamos en Brasov, y estábamos en el centro, en la plaza Sfatului, la antigua Plaza del Consejo o del Ayuntamiento, que los antiguos sajones conocían como la Plaza del Mercado (de hecho, en aquellos momentos había uno).

Plaza del Ayuntamiento, Brasov

En el centro de la plaza se sitúa la casa del Consejo, que data de 1420, aunque en realidad, su torre de 58 metros de altura, llamada “del Trompetista”, es bastante anterior y ya los sajones la utilizaban como torre de vigía frente los bárbaros que pudieran amenazar la ciudad. Sin embargo, de lo que fue a lo que queda hay una gran diferencia porque tras el incendio que asoló la ciudad en 1689, ésta fue renovada casi por completo. Actualmente acoge el museo de historia de Brasov (que ya estaba cerrado cuando nosotras llegamos).

Plaza del Ayuntamiento, Brasov

Alrededor de la plaza se concentran la mayor parte de los edificios históricos de la ciudad, como por ejemplo, la casa de estilo renacentista “Hirscher” o casa del comerciante (que en la actualidad es el restaurante "Carpatin Cerbul"), la catedral ortodoxa o el museo dedicado a la familia Muresenilor de la que surgió el primer editor de la “Gaceta de Transilvania”, un periódico que se publicaba en el siglo XIX.

Iglesia Negra, Brasov
Una de las esquinas de la plaza está dominada por el monumento más famoso de la ciudad, la Iglesia Negra, que el parecer es la iglesia más representativa del gótico rumano, pero tiene un horario de visitas muy reducido (sólo abre por las mañanas, hasta las 15:30 h) y nos quedamos con las ganas de ver su interior, de donde se dice que lo más impresionante es su órgano. De todas formas sus dimensiones exteriores no dejan indiferente a nadie.  

En nuestro paseo dimos una vuelta circular por la parte oeste de la ciudad, tomando la calle peatonal República, en la que se agrupan bares, restaurantes y alguna que otra tienda. Y nos dedicamos a callejear por allí, viendo, de paso, la Catedral Católica de San Pedro y San Pablo, una iglesia que fue levantada entre 1776 y 1882 sobre las ruinas de otra y que está considerada como el edificio más representativo del estilo barroco en Brasov. 

Cuando terminamos el paseo por la zona, nos dirigimos al lado opuesto de la ciudad, a la parte este, donde ésta nos mostraría su pasado medieval.

Torre Negra, Brasov
Y es que debido a que en la zona en la que se encuentra Brasov antiguamente hubo muchos conflictos con los turcos, sus habitantes la fortificaron con gruesos muros de piedra, levantaron varios bastiones y dos torres de vigilancia con el fin de defenderse. Nosotras en nuestro paseo llegamos hasta la Torre Negra, una de las torres de vigilancia mencionadas (la otra es la torre blanca), que fue construida en 1494 sobre una roca, cerca de bastión de los herreros y que tiene 9 m de altura. Al verla nos preguntábamos ¿por qué se le llamará torre negra si es de un blanco impoluto? Y la respuesta es que en 1599 la torre fue alcanzada por un rayo que provocó un incendio que tiñió de negro sus paredes bautizándola desde entonces como hoy se la conoce. Una reciente renovación le devolvió su antiguo esplendor, restituyendo su color blanco, dotándole de su antiguo techo en forma de pirámide y convirtiendo su interior en un museo de cuatro plantas en la que se muestran artefactos de guerra. Aunque nosotras no llegamos a subir, se dice que desde su balconada hay unas bonitas vistas de la Iglesia Negra.

Continuamos nuestro paseo acercándonos a ver las puertas medievales de la ciudad. Aunque antiguamente la ciudadela de Brasov tenía 3 puertas de entrada que eran, a su vez, grandes bastiones construidos para mantener a los invasores fuera de las murallas de la ciudad, sólo dos de ellas han sobrevivido para contar la historia de la Edad Media de Brasov:

  • La Puerta Catalina data de 1559  y es la única puerta original de la ciudad. La torre, que parece sacada de un dibujo infantil, es sólo una pequeña parte de la totalidad de la estructura original que fue demolida en 1827. Al parecer en el Bastión de los Tejedores se puede ver la estructura original en una maqueta que allí se muestra de la Brasov del año 1600. Encima de la puerta de entrada se puede ver el escudo de la ciudad
Puerta de Catalina, Brasov

  • La Puerta de Schei está prácticamente al lado de la puerta de Catalina y lo que actualmente se ve data de 1827, pues la antigua puerta fue gravemente dañada por el fuego de 1689
Puerta de Schei, Brasov

Yo tenía pensado cenar en Brasov e ir después al hotel que teníamos reservado en Bran, pero la verdad es que era muy temprano todavía para cenar y tendríamos que haber esperado bastante; así que decidimos coger de nuevo el coche, acercarnos a ver un par de cositas más de Brasov que, aunque se podían ver a pie, quedaban un poco más lejos e irnos después a Bran, donde intentaríamos cenar.

Catedral de San Nicolás, Brasov
Ya con el coche, nos acercamos a ver la Catedral de San Nicolás, la primera catedral ortodoxa de Transilvania, que data del siglo XVI y que sustituía a otra de madera de 1392, aunque realmente después de la II Guerra Mundial fue restaurada por completo. En cualquier caso la iglesia combina a la perfección los estilos bizantino, barroco y gótico y se encuentra en la parte más antigua de la ciudad, el barrio Scheii Brasovului, con bonitas y estrechas callejuelas. Al igual que otras iglesias medievales está rodeada de muros de protección con grandes portones de madera y en su interior hay un bonito jardín y un pequeño y antiguo cementerio.

Al lado de la catedral de San Nicolás se encuentran su biblioteca, archivo y la primera escuela rumana, donde se imprimieron algunos de los primeros libros escritos en rumano. En el museo, además, se encuentra la Biblia más antigua, impresa en piel de cabra. Pero todo ello estaba cerrado cuando nosotras pasamos por allí.

Acabamos la ruta por Brasov en la base del Monte Tampa viendo las murallas de la ciudad. Se puede subir a la cima del monte, donde está el cartel de Brasov al más puro estilo Hollywoodiense, pero ya comenzaba a anochecer y había leído que no conviene acercarse al monte una vez anochece ya que se ha constatado la presencia de osos por la zona que pueden dar más que un susto… aunque lo cierto es que a esas horas todavía había mucha gente paseando por allí…  En cualquier caso, por si vosotros estáis interesados, el ascenso se puede hacer a pie (en una hora aproximadamente) o en teleférico, desde el que por lo visto hay unas bonitas vistas de la ciudad.

Murallas de Brasov

Nos vamos a dormir a Bran

Nuestro día estaba finalizando y pusimos rumbo a Bran. Desde el coche ya de noche pudimos divisar a lo lejos y en lo alto la iluminada fortaleza de Rasnov. Al llegar a Bran nos recibió el imponente castillo también iluminado. Pero ya lo visitaríamos el día siguiente. En ese momento, y después del día que nos habíamos echado a la espalda, tan sólo queríamos localizar el hotel donde teníamos hecha la reserva, el Contele Vladimir (que no fue tarea sencilla y tuvimos que llamarles por teléfono para que nos dieran instrucciones), cenar, relajarnos un rato contemplando el castillo iluminado a lo lejos e irnos a dormir.

Castillo de Bran

El día había sido muy completo.


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Helena - Mimaletayyo

Ingeniero de caminos de profesión, la pasión por viajar y su curiosidad por conocer mundo ha hecho que dedique parte de su tiempo a ello. Entusiasta por conocer vestigios de antiguas culturas y civilizaciones, pero también naturaleza y modo de vida actual.

20 comentarios:

  1. Hola Helena!

    Yo también estuve en Rumanía pero fue una escapada cortita y sólo puede visitar Cluj-Napoca con lo que estoy tomando buena nota de tu viaje por si decido volver... El Palacio de Peles tiene muy buena pinta! Y qué lujo esto de poder hacer fotos (es que la semana pasada estuve en el palacio de Aranjuez y después de pagar 9 euros por persona estaba totalmente prohibido hacer fotos...)!

    Un saludo!

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    1. ¡Hola Anna!
      No te creas, que allí pagas casi más tasa por hacer fotos que por entrar (creo que fueron 50 lei)... Yo alucinaba. Lo de pagar por hacer fotos no lo entiendo, o se deja o no se deja (o se deja pero sin flash)... pero eso de si pagas sí pero sino no... no le veo sentido.
      Yo hice la vuelta desde Cluj, pero apenas nos dio tiempo a verla, así que estoy prácticamente convencida de que algún día volveré a Cluj para dedicarle unos días a la zona de Bucovina y Maramures.
      Un saludo y gracias por pasarte por aquí :)

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  2. Me está empezando a llamar Rumanía, jeje. Muy buen post! Vaya carnívora que estás hecha!! jajaj. Yo sólo como pollo, pavo y un poco de cerdo, así que imagínate la de oso XD

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    1. ¿Rumanía llama a tu puerta? jejeje Me alegro de transmitirte buenas sensaciones del país.
      Respecto a la comida, yo, la verdad es que como casi de cualquier cosa, así que no tengo excesivos problemas, pero todo es ponerse (aunque creo que nunca llegaré a comer los bichos y cosas raras que se comen en Asia)
      Un saludo y gracias por tu comentario

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  3. A mí me hubiera encantado probar la carne de oso pero me decanté por otras cosas, jejejeje. El castillo de Sinaia fue uno de los que más me gustaron aunque como bien dices, no entiendo porque hacen pagar las fotos aparte, de todas maneras, merece la pena pagar!!!! Un besote. ;-)

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    1. Babyboom, no sé qué había pasado que blogger había detectado tu comentario como spam... ¡Claro! No hiciste el 304 y eso le dolió...
      Yo creo que el palacio de Peles fue de los sitios que más me gustaron de nuestro viaje (por no decir el que más). Así que veo que tenemos un gusto parecido
      Un saludito ;)

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  4. Qué chulo Brasov! Me ha gustado mucho. En cuanto a lo de pagar por las fotos, responde a criterios recaudatorios, me jode mucho pagar por eso, solo pago si tengo muuuucho interés.
    Oye no sabía que la carne de oso se ofertara en restaurantes, yo soy carnívora, pero la de oso, o sé, da penita, jajaja. Estupenda entrada. Un besote!!

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    1. ¡Hola Calíope!
      La verdad es que cuando la tasa por hacer fotos tiene un valor medio aceptable pasas por el aro, o por lo menos yo lo hago, pero hay veces que se suben a la parra con los precios (como sucede en Snagov que pedían 30 euros).
      Respecto a la carne de oso, en Rumanía se ve que tienen superavit de este animal y está permitida su caza para consumo... La verdad es que no me paro a pensar en los animales que como porque yo soy más de carne y sino, no comería de nada...
      Un besete! ;)

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  5. El Castillo de Peles es simplemente una maravilla por fuera y por dentro, y más ahora que te comiste el oso que lleva años aterrorizando a los turistas :). Nosotros nos alojamos en Brasov y estuvo genial aunque Bran también tenía bastante ambiente, sobretodo de vampiros y ristras de ajos, ya nos contarás que tal noche pasasteis junto al castillo de Drácula.

    Un saludo !!!

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    1. Además que lo tienen muy bien cuidado y muy limpio y, con la cantidad de trastos que hay sobre mesas, con copas, libros, etc. es todo un logro... Por lo menos se ve que el dinero que pagas sirve para algo.
      Ya se sabe, muerto el oso, se acabó la rabia, jajaja
      Un saludo :)

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  6. Espectacular el castillo Helena pero no menos probar el oso!! Yo lo probé en Estonia y me dejó el estómago algo pesado... Me encanta el recorrido que habéis hecho y las fotos, por supuesto!! Un abrazo

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    1. Pues a mí la verdad es que la carne de oso me gustó bastante... No estaba mala.
      Ese fue un día muy completo. Además nos hizo muy buen tiempo y las cosas siempre lucen más. Lo malo fue el día siguiente, que no paró de llover y fue un suplicio...
      Un saludo Fran y gracias por tu comentario

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  7. Yo no soy mucho de gustar entrar a palacios o castillos para ver su decoración... prefiero quedarme con la visión exterior porque luego su interior siempre me acaba defraudando, pero este castillo creo que si me gustaría... al igual que la carne de oso, por cierto jejeje..

    Un dato que me ha sorprendido a sido la de la biblia más antigua... Nunca hubiera pensado que se encontraría en Rumanía... O-o

    Por cierto, la plaza de Brasov me recuerda a la plaza de Piran en Eslovenia... miralo y juzga...

    Un saludo!

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    1. ¡Hola Víctor!
      Yo tampoco soy muy palaciega (jejeje) pero este palacio sorprende y lo tienen cuidado a la perfección. a mí fue de los sitios que más me gustó.
      No conozco la plaza de Piran, pero por las fotos que veo sí puede ser que se traigan un aire.
      Un saludo ;)

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  8. Uf! pues sí que aprovechasteis bien el día. Irse a dormir con la imagen del castillo de Bran iluminado te debe hacer soñar con los angelitos...o con drácula?
    Un abrazo

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    1. Pues yo dormí como un lirón, MTTJ. Se ve que la sombra de Drácula no me preocupaba demasiado, jejeje
      Un saludo y gracias por pasarte por aquí :D

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  9. Que mal me sienta eso de que encima de que pagas la entrada, si quieres hacer foto toca pagar un extra... es que encima el lugar es como para no hacer fotos...

    Tengo ganas de leer la entrada del día siguiente sobre la fortaleza de Rasnov, que pintaza tiene :D

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    1. Toca las narices, pero al final se pasa por el aro, porque quieras que no, de un sitio así merece la pena llevarte el recuerdo fotográfico.
      Nuestra visita de Rasnov estuvo acompañada de mucha niebla. Seguro que al final no ves lo que esperas... desde luego yo no veía un carajo, jejeje
      Un saludo :)

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  10. Hola Helena,

    Vaya ruta más chula !! el Palacio de Peles también a mi me ha recordado a los castillos alemanes. Me ha gustado también el pueblo de Brasov, con la Plaza del Mercado y el paseo por la zona medieval.

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola Víctor!
      Este día hicimos un recorrido muy chulo y encima el tiempo nos acompañó e hizo que todo tuviera un color muy bonito.
      Un saludo y gracias por tu comentario :)

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